viernes, 20 de marzo de 2009

Moleskines

Sigo muy atento varios blog de buenos amigos, y en dos de ellos "En la mente de Kowalski" y en "Alabarda Records" se viene conversando sobre un asunto de vital importancia: la Moleskine.

Tengo que reconocer que la uso desde hace mucho tiempo, y me gusta. Bueno, los que me siguen muy de cerca saben que tengo dos...Una para el trabajo, más formal, tamaño A5 de tapas duras negras, como digo, más seria... y otra color beige, tamaño A6, que cabe en una agenda de bolsillo de cuero negro que con mis iniciales me regalaron hace muchos años, y que sólo utilizo para anotar cosas de mis proyectos personales...

Y creo que me funciona. A veces, estoy en una reunión de trabajo, me acuerdo de algo que tengo pendiente, o esa idea feliz, desenfundo y escribo a toda pastilla en la pequeña. Antes de hacer una anotación dibujo un pequeño cuadrado delante de la idea. Cuando la he puesto en marcha y espero respuesta de otra persona, trazo la diagonal de ese cuadrado y sombreo la mitad derecha. Cuando se termina la tarea, relleno la otra mitad. Lo hago así desde hace años. Luego, pasando páginas rápidamente, reviso si tengo más cosas en mi debe o en mi haber...

En el trabajo utilizo el mismo método, y no me puedo quejar. Me he librado de papeles sueltos, de los post-it, de las blackberrys y de las agendas electrónicas. La moleskine no se carga, tu letra expresa tu estado de ánimo, puedes dibujar, puedes coleccionarlas y revisar escenas de tu vida cada cierto tiempo, y puedes comprobar tu porcentaje -elevadísimo, por cierto- de fracasos y proyectos que acabaron en nada. Cantidad de cosas que haces, que luego con el tiempo descubres que no sirvieron... ¿O sí que fueron útiles...? Pero lo cierto es que sin mi Moleskine no aprendería nada, sería una escopeta de repetición que acabaría, casi seguro, como escopeta de feria.

¿A quién le tengo que dar las gracias por tener dos Moleskines?