Cuando veo un directiv@ ejemplar, trato de profundizar sobre su CV...pero no miro títulos, ni escuelas de negocios, ni siquiera la experiencia que ha cosechado... Voy más atrás. Voy a la niñez y a la juventud que tuvo, cómo era su familia, que relación tenía entre sus hermanos y hermanos, con sus padres, con los amigos del colegio, con el resto de la familia, qué tipo de vacaciones disfrutaba... No es un estudio científico ni tesis alguna, pero todos, quiero decir todos, el 100% de los analizados, han tenido un hogar centrado, una familia unida, una estabilidad emocional familiar, unos valores transmitidos día a día, paso a paso. Ojo, esto no implica que el que no lo ha tenido no haya podido "llegar", ni que alguno de los que lo han disfrutado no haya llegado. Quiere decir lo que quiere decir. Nada más.
Todo esto porque hoy ha fallecido la madre de mi directora de recursos humanos...No conocía a su madre, pero hoy ya sé cómo era, sé cómo ella y su marido educaron a Patricia y a sus hermanas, sé que seguirán en ellas para siempre, porque lo básico, los valores, la educación, el ser y el sentir con el que se relaciona transciende lo esperado y normal. Muchas madres y padres son grandes directores de Recursos Humanos, con mayúsculas.
Patricia, un beso fuerte.
viernes, 23 de enero de 2009
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