...es el sugestivo título de un libro que me está costando más de la cuenta resumir. No es culpa suya, la verdad, sino probablemente de que varios proyectos se han hecho amigos esta semana y han decidido hacerlo todo juntos... Me quedo con un párrafo del libro, que creo incorporaré en la reseña final:
"En general, las mujeres parecen demostrar mayor coraje cuando se trata de defender sus convicciones...el porcentaje de mujeres mártires parece significativamente alto entre los canonizados por la Iglesia Católica"... El autor habla, sin solución de continuidad, de los individuos de algunas especies llamados "centinelas", que arriesgan su vida para proteger a la especie...Y se pregunta: "dada la alta probabilidad de no sobrevivir para transmitir sus propios genes, ¿cual es la ventaja evolutiva de un centinela...?..Quizás la respuesta sea la existencia de una moral humana fundamental, que trasciende nuestra necesidad biológica de reproducir nuestro ADN"
Me gusta la palabra centinela. ¿A quién le agradezco lo que tengo y lo que soy? Pues creo que para empezar a todas las centinelas que me han traido hasta aquí, a lo largo de la historia...¿No sería apasionante conocerlas, verlas por un instante, y decirles, cogiéndolas suavemente de las manos: "Estoy bien, muchas gracias por dar la vida por mí y traerme hasta aquí..."?...¿Hay algo que emocionaría más a una mujer?...Hoy, ya ayer, 24 de enero, como siempre, celebramos el santo de mi abuela, la penúltima de mis centinelas... Gracias Paz...yo también quiero ser centinela...
domingo, 25 de enero de 2009
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