sábado, 27 de diciembre de 2008

Sagrario

Con 83 años sigue bajando a la huerta, día a día, esta poeta de la fesorina y las estaciones. Escribe los surcos de la tierra, acordándose de aquellos otros que le atraviesan en vida, rompiendo el alma a cualquiera que tenga unos minutos y los dedique a hablar con ella. Las prisas no están ni en su calendario ni en sus ojos... ¿Se puede hacer algo mejor un sábado por la mañana?

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