martes, 11 de agosto de 2009

Sagrario

Está enferma la pobre mujer. Espero que no sea nada. Es una de esas personas que nunca te deja indiferente: siempre una sonrisa, siempre un abrazo, siempre unas palabras, siempre Sagrario. Cuida su huerta como si se tratase de su hija recién nacida, y debe tener más de ochenta años ya...Pero ahí sigue. Hoy unos tomates, mañana un lechuga, pasado unos pepinos. Siempre te vas con algo después de ver a Sagrario. Pero lo que no ella no ve, es que lo que realmente voy a buscar, cuando voy a verla, es su sonrisa, su abrazo y sus palabras. Son hortalizas éstas que alimentan el alma. Hoy, cuando trate de otear las piedras ardientes que arrancamos de la estela de un cometa todos los 11 de agosto, buscaré la que más brille, y cerraré los ojos, pidiendo a Dios que me la cuide, y que pueda pasar muchos más días por su huerta...Mañana, tomates y sonrisas.

2 comentarios:

Unknown dijo...

De sonrisas de lechugas y miradas de tomates me alimenta Sagrario cuándo voy a su encuentro y la busco entre huerto y huerto.
Mucho cariño y admiración desde un huerto amoroso sureño.
Tus palabras son exactas....y tus deseos los mismos que planto en mi huerto.
Besos

John Keating dijo...

Sagrario está mucho mejor...He vuelto hoy tomates, cebollas y patatas...y con una alegría que no me cabe en el cuerpo...